El papa Francisco nombró al arzobispo de Tokio, Kikuchi Isao, como uno de los 21 nuevos cardenales de la Iglesia Católica.
Kikuchi se convierte así en el séptimo japonés a quien se confiere ese cargo.
El pasado 7 de diciembre, durante un consistorio en la basílica de San Pedro, en el Vaticano, Kikuchi y otros 20 clérigos de todo el mundo recibieron la mitra roja por parte del papa.
Posteriormente, Kikuchi indicó que el sumo pontífice había visitado Japón en 2019 y enviado un mensaje de paz desde Hiroshima y Nagasaki. Expresó su creencia de que el papa desea que Japón se esfuerce para que el mundo elimine las armas nucleares y consiga la paz.
Kikuchi, de 66 años, nació en la ciudad de Miyako, prefectura de Iwate. Ha sido arzobispo de la arquidiócesis católica de Tokio desde 2017.
Los cardenales ostentan el segundo cargo más alto después del papa en la Iglesia Católica Romana y son los principales asesores del pontífice. Los que aún no cumplen 80 años tienen derecho a votar en un cónclave para seleccionar a un nuevo papa.
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